11. Marx

La crisis de la Ilustración.

Texto de "La contribución a la crítica de la economía".

Contexto histórico-cultural y filosófico.

La vida de Karl Marx transcurre en el siglo XIX. Históricamente, el siglo XIX es el siglo de la Revolución Industrial y del triunfo definitivo de las revoluciones burguesas. Esta época estará marcada por el Capitalismo. Los numerosos inventos técnicos, asociados a la Industrialización, (como la máquina de vapor) están cambiando el mundo como nunca antes. Resultado de esta forma de organización económica es una nueva clase social, el proletariado, que percibe una gran contradicción en su forma de vida y jugará un papel decisivo en las futuras transformaciones sociales. 

    El arte decimonónico comienza con el Romanticismo y su exaltación de la libertad y la subjetividad frente a las reglas clásicas y el racionalismo filosófico. La miseria, lucha y decadencia de ciertas clases sociales propiciarán la inclusión de nuevos elementos en el arte, como se ve en la novela realista y, posteriormente, en el naturalismo. La ópera adquirirá una nueva dimensión con Verdi y con el intento de un arte total en Wagner, La pintura historicista burguesa dejará paso a las nuevas formas pictóricas que se inician con el Impresionismo.

    La Ciencia continúa su progreso imparable, ahora de la mano, además de los inventos técnicos. El Positivismo se aplica a todas las ramas del conocimiento. Surgen nuevos paradigmas, como la Teoría de la Evolución que supondrá una revolución cultural que incluso influirá en el debate político y social, tan vigente en esta época. 

En lo que respecta al pensamiento y la Filosofía, encotramos una gran contradicción. los grandes mitos de la Modernidad comienzan a ser cuestionados a mediados del siglo XIX. El descubrimiento de la máquina de vapor parecía cumplir la promesa de liberar al ser humano de lo físico (las limitaciones de la naturaleza, el trabajo pesado…) Pero, en cambio, en la nación más desarrollada y con mayor grado de industrialización, Inglaterra, la miseria, la explotación y el hambre no sólo no habían descendido sino que habían aumentado espectacularmente. A mediados de siglo, con las teorías económicas de A. Smith y D. Ricardo perfectamente consolidadas, aparecen dos modelos explicativos para el hambre en el mundo: J. Malthus propone que la población de un país desarrollado crece a un ritmo mayor que el aumento de su producción; en cambio, Marx propone que sí hay suficientes alimentos para todos, pero están mal repartidos. En Inglaterra no encontramos una mayor industrialización, tambén es la cuna de una nueva teoría económica (el Economismo Clásico de A. Smith y D. Ricardo), una política liberal y parlamentaria, y una teroría filosófica coherente con las anteriores, el utilitarismo. Todo este sistema consolidará el Capitalismo como sistema organizativo y productivo. En cambio, en el continente, las torías emancipadoras de la revolución francesa se han mostrado insuficientes, ya que lo máximo a lo que han llegado es al “socialismo de salón”. Los principales pensadores fijan su mirada en este país como unas décadas antes lo habían hecho con Francia. La gran masa obrera recurre a nuevos movimientos políticos y filosóficos, como el marxismo, el anarquismo de Bakunin y diversos socialismos, que conformarán la I Internacional.

Karl Marx (1818-1883) nació en Tréveris, Renania, hijo de un abogado judío. Estudió en Bonn y en Berlín y se doctoró en 1841 con una disertación sobre la filosofía de Epicuro (filosofía materialista y dialéctica). Marx fué primero colaborador y luego director de la Gaceta Renana (“Rheinische Zeitung”), con cuyas polémicas publicaciones se ganó la explulsión del país. Entonces marchó a París en 1843, y allí se esforzó por editar los Anuarios Francoalemanes. En Paris conoció el socialismo más de cerca, y además trabó amistad con Frederich Engels. Poco después es de nuevo expulsado de París (a instancias del gobierno prusiano) y se traslada a Bélgica, donde publicó en colaboración con Engels, el Manifiesto del Partido comunista. La revolución de 1848 llevó a Marx de nuevo a París y a Colonia, iniciando en esta última ciudad la publicación de la Neue Rheinische Zeitung. De nuevo expulsado de Alemania y de Francia, Marx pasó a Londres. En la capital de Inglaterra se dedicó, junto con Engels, al estudio de esta nación, la más avanzada socialmente y economicamente, y en esta época encontramos sus obras más importantes. La familiarización con las condiciones de trabajo de la Gran Bretaña constituye el momento crucial en la carrera ideológica de Marx. En 1864 pasó a ocupar un puesto destacado en laAsociación Internacional de Trabajadores, de reciente creación. Tras el fracaso de la Comuna de París (1871), que significó un duro golpe para la Internacional, Marx se retiró de la lucha política y se dedicó a la escritura de su pensamiento. E1883 fallece en Londres, aunque en realidad es entonces cuando comienza la importancia política del marxismo.

Marx elabora una gran teoría que mezcla filosofía, economía, historia y antropología. En cada una de estas ramas del conocimiento, las repercusiones del marxismo han sido incalculables. Por otro lado, en su vertiente práctica, sigue sirviendo de base ideológica para teorías políticas, liberadoras, revolucionarias o rehivindicativas.


La pricipales obras de Marx serían:

  • Manuscritos de Económia y Filosófia, (1844) .

  • Tesis sobre Feuerbach, (1845).

  • Manifiesto Comunista, (1848) - Karl Marx y Friedrich Engels.

  • El Capital (Das Kapital) (1864-1877) - Karl Marx.

  • Estatutos Generales de la Asociación Internacional de los Trabajadores. (1864) .

  • Miseria de la filosofía (1875).


 El Materialismo Histórico.

Marx hace un análisis de toda la historia de la humanidad desde un punto de vista materialista: son las condicones materiales del ser humano las que determinan lo ideológico, y no a la inversa. Uno de los grandes mitos modernos había sido la creencia de que la humanidad sigue un camino progresivo, unas pautas establecidas en una especie de orden cósmico, de forma que Europa sería el prototipo de realización de lo humano. Cada autor propone una fases de este proceso,y un motor del mismo, aunque en casi todos los casos se trata del proceso de realización de la Razón (o el Espíritu Absoluto, en boca de Hegel).

Marx participa de esta creencia, pero añade tres grandes modificaciones. Por un lado este proceso no es lineal, sino dialéctico. Marx asume la filosofía dialéctica de Hegel, que propone un desarrollo de lo absoluto que no es lineal, sino contradictorio, siguiendo tres fases consecutivas (Afrimación, Negación y Síntesis). Por otro lado, el marxismo interpreta que el proceso histórico no ha llegado a su momento máximo (el “Fin de la Historia”), sino que, precisamente, queda el último momento de desarrollo. Por ello porpone una filosofía no de descripción, sino de cambio de la realidad, para propiciar la llegada de esta fase (mediante la Revolución del Proletariado). Por último, la gran novedad marxista está en que invierte el motor del despliegue de la historia: no es la aparición de la Razón o el Espíritu (el pensamiento), sino el modo de producción material el que determina el tipo de vida que llevamos los humanos (lo que le gana el título de “filósofo de la sospecha”).


Según el Materialismo Histórico, la humanidad ha seguido tres grandes épocas dependiendo de cómo se ha conseguido la producción de los bienes y alimentos. Cada una de estos periodos, para conseguir mejorar la producción dentro del sistema, ha generado una serie de ideologías, mentalidades y formas de pensamiento que se han encargado de fortalecerlo. En un momento de la historia, al cambiar las condicones del medio, cambia el modo de producción, y aparecen nuevas ideologías, como Filosofía, Arte y, sobre todo, Religión. Éstas siempre sirven al sistema (incluso cuando aparentan criticarlo) y, cuanto más complejo y efectivo es el modo de producción, más complejas y sutiles se hacen las ideologías. De ahí que Marx sea tremendamente crítico con todas esas teorías sumisas al status quo, y cree que “la filosofía, hasta ahora, se ha dedicado a describir el mundo, es hora ya de cambiarlo”.


 Concepto de alienación

El concepto de alienación en Marx está tomado de la filosofía de Hegel y Rosseau. Para Hegel, en su obra La Filosofía del Espíritu, la autoconciencia se despliega en la historia através de un prceso dialéctico de superación de las contradicciones. Este proceso se repite incesantemente en todos los ámbitos: en primer laugar hay una fase de afrimación, el ser se da de forma inmediata, directa, pero ingénua. Entonces se reconocen las limitaciones del ser, lo que lleva a una segunda fase de negación, nonde el ser no-es, y parece desaparecer por completo. Por último, el ser reconoce sus limitaciones y las supera (no las anula), y vuelve a afirmarse, de una forma más completa, más real: es la fasse de síntesis. Pero si tras la oposicón, ésta no se supera, el ser no se afrima, se niega sí mismo, no es lo que es (sino otra cosa –alienum-) y no consigue reidentificarse con su contrario, entonces se produce la alienación.


Marx aplica este concepto al desarrollo de la persona. Éste se produce, ante todo, en la praxis, la actividad productiva (el trabajo). En La Ideología Alemana, Marx afirma que es la producción lo que distingue originariamente al ser humano de los animales. En una situación ideal, el hombre se realiza a través del trabajo. Éste le permite la supervivencia, le da autonomía y le permite interactuar con la naturaleza. Por otro lado, el trabajo le permite adquirir su identidad. Ahora bien, en el sistema capitalista se han deteriorado las relaciones entre el hombre y su trabajo. Por un lado lo importante no es la fuerza de producción del obrero, sino el capital, que sirve para poseer los medios de producción. Por otro lado, en un sistema mecanizado el producto del trabajo no redunda en el propio trabajador, con lo que no lo desarrolla (ni intelectual ni materialmente). El trabajador no “toca” su producto, sino que le es arrebatado y recibe a cambio un salario, por ello no lo reconoce como prate de sí, sino como algo extraño, ajeno. En un sistema donde lo que importa es su fuerza de trabajo, y no sus cualidades personales, la misma tarea que desempeña no lo identifica, sino que lo empequeñece En un sitema capitalista, lo importante es el mercado, de forma que las mercancias se generan en el mercado (y no en el proeceso práctico), y el potpio trabajo, como parte del sistema, está en el mercado (es otra mercancía). Cuanto más produce el trabajador, menos valor tiene, y menos posibilidades de acceder a los bienes que produce. Está, en todo momemto, alienado con su actividad. Por ello sólo se siente sí mismo fuera del trabajo, y acude a éste sólo por obligación, e interpreta que su auténtica vida comienza cuando toca la sirena de salida.

Esta situación no es natural, sino que es producto de una serie de condiciones históricas concretas de una época determinada. La alienación se produce en todos los niveles: Alienación social (existen diferentes clases sociales aún cuando todos los hombres nacen iguales); Alienación política (existe una disociación entre sociedad y Estado); y Alienación ideológica (que sirve como justificación de las contradicciones de la sociedad para enmascararlas e impedir así cualquier transformación).


 La teoría económica.

Según Marx cualquier estructura social está constituida por una infraestructura económica (modos de producción, definidos por un sistema de riqueza, unos medios de producción y unas relaciones de producción), y una superestructura ideológica (la cultura, crencias, sistemas jurídicos, instituciones, etc.). La infraestructura económica determina la historia, estableciendo, desde cuáles son medios de alimentación hasta la froma en que las personas se interrelacionan.


Marx, partiendo de teorías ya expuestas por Adam Smith y David Ricardo  como que el valor de un bien cualquiera está determinado por la cantidad de trabajo necesario para producirlo  sostiene en su obra El Capital que el salario percibido por los trabajadores es exactamente el coste de producirlo. La plusvalía es la diferencia entre el valor de las mercancías producidas y el valor de la fuerza de trabajo que se haya utilizado (valor de uso / valor de cambio). Las relaciones de producción en el sistema capitalista y la superestructura jurídica que emana de ellas determinan que la plusvalía sea apropiada por la clase burguesa, los propietarios de los medios de producción. Las fuerzas del sistema empujan a la clase dominante a una continua acumulación de capital lo que provoca la disminución de la tasa de beneficios a la vez que la concentración del capital en muy pocas manos. La progresiva mecanización crea un permanente ejército industrial de reserva que mantiene los salarios al borde de la depauperación. La contradicción entre la concentración de capital en pocas manos y la organización por la industria de masivas estructuras disciplinadas de trabajadores provocará necesariamente el estallido de la revolución social y la "expropiación de los expropiadores".


 Crítica a las ideologías

En su crítica a las ideologías, Marx señala que hay una supraestructura ideológica e institucional resultado de la estructura económica de relaciones de producción. Esta estructura sirve para mantener el sistema, disimulando sus contradicciones e imposibilitando la disención. nEn este sentido hay dos grandes culpables:

Religión : Sirve de justificación de la injusticia social promoviendo un mundo de felicidad ilusorio a través de la resignación. La realización de la persona, y la reinstauración del orden natural se supeditan a otro mundo. Marx acusa a la religión de ser “el opio del pueblo”.

Filosofía : Se dedica solamente a interpretar y justificar la realidad, dando por hecho la necesidad de lo real, por lo que consolida el sistema, impidiendo su transformación.


La superestructura ideológica es el primer elemento que aparece en cualquier estructura social, aunque no el elemento determinante. Marx entiende por superestructura ideológica una deformación de la realidad que falsea, esconde y justifica las contradicciones internas del sistema económico y por tanto es un arma utilizada por las clases dominantes. Pertenecen a la superestructura ideológica los elementos de la política, el derecho y el estado, así como el arte, la literatura, la poesía, la filosofía o la religión que actúan como elementos justificadores de la injusticia social.


Las formas ideológicas no pueden determinar ni cambiar la historia: solamente la oposición dialéctica fuerzas productoras relaciones de producción son los agentes del cambio social. En palabras de Marx, “no es la conciencia la que cambia la vida sino la vida la que transforma la conciencia”. Las ideologías no son más que productos históricos y transitorios que actúan en unos casos como drogas que pretenden adormecer la conciencia (religión) y en otros casos como deformaciones justificadas de la realidad (filosofía).



 La Revolución del Proletariado.

Marx recoge la dialéctica como método de despliegue de la historia, pero eliminando el factor espiritual o ideal; la realidad se desenvuelve mediante la superaciónde contradicciones, pero el sujeto de la historia no es la Autoconciencia, como en Hegel, sino los hombres, en sus relaciones con la naturaleza y los demás hombres. Lo que determina la historia para Marx es la relación dialéctica entre las fuerzas productivas (trabajadores y medios de producción) y las relaciones de producción (la infraestructura económica). Por tanto no se trata de proponer cambios idológicos (que no son motor sino resultado de la historia), sino de cambiar las condiciones materiales. Este es un proceso inevitable, la oposicón entre fuerzas productivas y medios de producción de presenta mediante la lucha de clases.


Marx está convencido de que las contradicciones internas del sistema capitalista llevarán, inevitablemente a su autodestrucción. En todo caso, para acelerar este proceso, porpone despertar la conciencia de clase, primer momento se superación de la alienación del propletario (por ello creía que la revolución comenzaría en Inglaterra).Cuando los mismos que posean los medios de producción, realicen el trabajo, existirá una reconciliación dialéctica que hará desaparecer el enfrentamiento motor del cambio. Consecuentemente la sociedad marcha, en su desarrollo dialéctico, hacia un comunismo de la propiedad, donde quede abolida la propiedad privada de los medios de producción, acabando, de esta forma, lo que Marx llama “prehistoria” de la sociedad ; surgiendo, entonces, la historia y el verdadero desarrollo del hombre libre no alienado, gracias a la posibilidad dl desarrollo del trabajo creativo.

El comunismo resolvería 2 aspectos:

  • Suprime la oposición entre el hombre y la naturaleza, poniendo a disposición del hombre todo el conjunto de las fuerzas naturales.

  • Suprime la oposición entre los hombres, instituyendo el trabajo común (ni siquiera habría Estado).

Sólo se podrá llegar al comunismo de una forma gradual. Existirá un primer estadio, el socialismo, en el que la sociedad capitalista dejará paso a un tipo de sociedad en la que existirán ciertas desigualdades inevitables entre los hombres, especialmente la desigual retribución en función del trabajo realizado. Para pasar al comunismo (“De cada uno según su capacidad, y a cada uno según sus necesidades”) será necesario pasar primero por el proceso del socialismo (“De cada uno según su capacidad, y a cada uno según su trabajo”).

Pero el triunfo del comunismo está condicionado por el desarrollo económico. El comunismo no puede ser una idea utópica, sino que su advenimiento y la desaparición de la sociedad capitalista será la expresión de las relaciones efectivas de la lucha de clases ya existente, de un método de superación dialéctica. Para demostrar que la evolución del capitalismo, y de las estructuras económicas que le pertenecen, lleva inevitablemente a la aparición del comunismo, Marx escribió El Capital. En esta obra expresa que las posibilidades de realización del comunismo ya están en la estructura económica de la sociedad burguesa.


Texto para Selectividad:

MARX, K., Contribución a la Crítica de la Economía Política. 'Prefacio' (Trad. J. Merino). Alberto Corazón Editor. Madrid. 1970, pp. 33-41.



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